Toda licorería
en Venezuela debería hipotéticamente tener el éxito asegurado. Pero en
ocasiones no es así y muere un oasis y nace un nuevo indigente –el dueño-, que
no se supo administrar.
Claramente no se debe colocar a un alcohólico a
regentar una licorería o esta se irá a la quiebra. Así es como literalmente el
país es manejado y ya hemos visto los resultados. Tampoco se puede colocar a
alguien que no sepa crecer y ayudar a que más gente beba y más hígados se
colapsen.
Por eso hay que tener algunas nociones básicas de
cómo montar una licorería en Venezuela y hacerla exitosa, un secreto que no es
tal, pero que no siempre se detalla por el ojo del que tiene problemas de
comprensión y carencia de marketing de primera (y malicia, muchísima).
He aquí los componentes esenciales para tener una licorería en Venezuela plena de éxito
Buscar el nombre más recalcitrante y rebuscado que
se pueda encontrar, tipo, “Hasta acá llega la quincena”, “Hígado Remojado”, “Donde
los Hombres Lloran”. Evita los nombres en inglés o se te llenará la taguara de
muchachitos que sólo compran una cerveza y dejan que se les caliente para
rascarse; eso no da ganancias.
No te centres en la fachada, sino en el alcohol. Toda
licorería en Venezuela mientras más lúgubre, mejor para vivir momentos
candorosos. Como toque extra, siempre ten el piso con aserrín alrededor de la
barra.
Para ganar más dinero, asóciate con el chofer del
camión de cervezas para vender a consignación. ¡No hay dinero mejor ganado que
aquel en el que cobras caro y no invertiste más que un tiempo!
Ten un destapador a las afueras del local. La hombría
y la falsa sensación de salubridad se asocia al hecho de poder destapar su
propia cerveza y luego lanzarle la chapa a los carros o atinarle al bolsillo de
un amigo o a la boca abierta del borracho de turno tirado a varios metros del bebedero.
El frente del local amerita verse entre desvencijado
y a punto de caer y moderno al estar “supuestamente sujeto o adherido”, gracias
a la pintura en aceite utilizada por alguna marca de cerveza para patrocinar tu
negocio, única pintura que todo ese recinto en su vida tendrá, ya que lo que
viene es óxido y ennegrecimiento por recostarse o pegarle los pies a las
paredes.
Rejas de seguridad delgadas y ergonómicas para que
los borrachos se agarren de la misma con comodidad. Eso minimiza que caigan y convulsionen
en plena puerta del local e interrumpan las ventas de los curiosos que se
acercan a ver ese espectáculo natural.
Tener promotoras que bailen y les ofrezcan tragos
caros y promesas banales a los bebedores. Si tienen novios celosos que las
saquen a empellones y botellazos, mejor, esa indignación generada en los
mirones, se quita con más aguardiente.
Toda licorería en Venezuela está obligada a colocar
el letrero “PROHIBIDO BEBER EN ESTA
ÁREA”, ideal para selfies con las botellas y los ojos rojizos de tanto
beber.
Invita a tus amistades con parejas conflictivas para
que vayan a dirimir sus problemas maritales. Esos espectáculos venden y además
les vas a cobrar las botellas rotas.
También debes promover que esas parejas enamoradas
que van a beber juntos hasta dormirse asistan a tu local. Así no tendrás el
lugar vacío y son los primeros en bailar arrecochinados y cantar a todo pulmón
hasta el Himno Nacional en plena pea. Ese tipo de ambiente familiar es
atractivo para otros bebedores.
Limpia la acera, porque todo aquel con licorería en
Venezuela debe tener su frente limpio para cumplir con sus obligaciones
municipales y evitar que las caídas por borracheras generen heridas. Porque
muchos licoreros dicen que las marcas de sangre ahuyentan a los sifrinos y
gente con dinero y atrae a los agresores que nunca tienen dinero.
Toda licorería en Venezuela debe despachar tostones,
maní, papas fritas y si es posible espolvorearles más sal para que a la gente
le dé más sed y consuma más.
Las sillas deben ser metálicas y puestas afuera, con
la finalidad de que se calienten más y a la gente les dé más sed. Además, las
peleas son más realistas y si se las lanzan, no se les rompen.
Colocar la música más lamentera o de barrio es
esencial para que la gente se deprima y beba más. Luego, una sesión de música
llanera con el fin de que bailen y canten, eso hace que suden y se les seque la
garganta y sigan bebiendo.
Una licorería en Venezuela debe esforzarse y
trabajar más que todos para lograr sus metas. Especialmente superar los
horarios establecidos por las alcaldías y policías. Ser un oasis a medianoche
para todos aquellos que quieran beber hasta que el ombligo se les salga y a un
precio mayor por ser horario extendido.
Aunque el lugar esté en el barrio más peligroso y
tenga el cableado por fuera, coloquen la decoración de temporada. Nada le gusta
más a la gente con problemas de alcohol que celebrar fechas especiales en
tugurios.
Los baños son exclusivos para clientes. Toda
licorería en Venezuela es meticulosa en lavarlos con más orina para que la
gente se sienta en ambiente. Bar o licorería con baños limpios puede ser
víctima de multa o cierre y desprestigio de los lugareños por faltarle el toque
ácido y de desmayos que estos sitios ameritan.
Las promociones de cerveza se hacen con la que menos
se venden, para que comiencen a dejar ganancia. De hecho, de esa es la que
debes pedir más. Tranquilo, el público no dejará de asistir incluso por ese atropello
a su paladar. Las cervezas light dilatan más el estado de ebriedad, por lo cual
puedes vender más.
Las vitrinas con licores que nadie toca deben ser
siempre promocionadas. Cuando alguien al fin compre, véndeselo a precio nuevo
más recarga por añejamiento.
Siembra árboles en la acera del frente del local, en
diagonal, colocando estratégicamente unos troncos. Así, cuando la policía se
ponga intensa, le dices a la gente que se sienten allá, pasados los 20 metros.
Si es una avenida muy transitada mejor, porque la emoción de hacer malabares
con botellas o vasos esquivando a que los machuque un camión, es un evento al
cual todos gustan asistir.
Los refrescos, maltas y jugos deben ser vendidos a
precio full, ya que una persona puede brindar o beber 18 cervezas, pero nadie
paga o se bebe 18 Coca – Cola.
Toda licorería en Venezuela debe intercalar las
temperaturas, especialmente cuando son grupo de varios bebedores. Así, en una
ronda están las cervezas frías, en otra están tibias y en la otra les vendes el
hielo.
Si por razones de debilidad quieres cerrar temprano,
para no ver afectado tu éxito, diles a todos que se apertrechen de cerveza como
si hubiese toque de queda o ley seca porque cerrarás en 15 minutos. Prepárate
para un aluvión de ventas que te hará dudar si cerrar o no.
De tener tu licorería en Venezuela dentro de tu
casa, cierra temprano, porque debes atender. No, no a tu familia, sino a los
que tocan tres veces para que les vendas una caja de cervezas, dos de anís, una
sangría y unos chicharrones en la noche, feriados y bajo la lluvia. No les
abras para prestarles el baño a sabiendas que tienes 8 meses con esos
chicharrones vencidos o atente a las consecuencias.
Siguiendo estos pasos y siempre diciéndole a los
policías que vas a cerrar y no lo haces pero regalándoles un refresco de dos
litros batido para que se manchen el uniforme y se tengan que ir dejándote en
paz, tendrás el éxito que tiene cada licorería en Venezuela que hoy en día se mantiene en
pie, aunque parezca que se va a derrumbar y romper todas las botellas de esos elíxires.
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