Cuando era niño, recuerdo que una noche ya casi cerrando el local, entramos a una papelería y mi mamá me compró un libro para colorear y unos creyones. Pasado un mes de ello, ella revisó dicho libro para ver mi progreso, encontrándose que estaba todo intacto.
Me preguntó que por qué no le había puesto colores a
los dibujos a los que les respondí, “es que para mí todos son color nieve”. Gran
excusa pero que no sirvió, me hizo ponerme a pintar, rematando con destellos
(al lado del borde, profundizar el color que usé) y no salirme de la raya.
Actualmente eso me ha servido para pintar bien los
rodapiés y bordes de las ventanas cuando pinto la casa. Todo tiene un avance.
De colores se visten los campos
Salvo que tengamos visión de perros, veremos al mundo de
colores. Eso es lo que le pega a los góticos y faltos de una buena
charrasqueada para entender que no somos monocromáticos.
Si esos muchachos que siempre visten de negro sin ser
Batman y andan con una cadena que les agarra la cartera donde no tienen dinero,
jamás se bañan 2 días seguidos y el día que más deprimidos están porque los
canarios cantan, para terminar pasándose la fulana cadena por el cogote en su
habitación y nadie se dé cuenta por días ni por el olor porque el cuarto
siempre hedía, sí ellos se fijaran en lo colorido del mundo, su vida sería
mejor.
Claro, tampoco van a combinarse como una feria de
colores pasteles intercalados como si vivieran en la tierra del “Quiéreme Mucho”
de los Cariñositos, porque eso es pasarse. Los colores bien combinados crean
alegría.
Pero sí combinan mal los colores o lo hacen por salir
del paso, todo les quedará como cuando juntan las 10 barras de plastilina que
vienen en los paquetes y que terminan formando una pelota gris/marronácea/negruzca/sucia/color
aguas estancadas con humo de autobuses. Y eso no es colorido, es atroz.
Vean los campos, cambian de colores aunque sean los
mismos año tras año y no dejan de ser armónicos. Las montañas toman varias
tonalidades. El mar o es azul o es verde o es aguamarina. La nieve es blanca,
pero sirve de fondo para que nuestros colores resalten mucho más.
Todo es de colores
Sí los Blue Jeans no fuesen blue, serían nada más Jeans
como los otros, no destacarían como los guerreros que son. Porque nadie llega a
una tienda diciendo “deme unos White Jeans o Brown Jeans”; son los Blue los
duros porque pegan con todo, hasta con una camisa del color del amasijo de 10
plastilinas juntas.
Claro, por alguna razón la gente se da cuenta del color
cuando esto atañe a la piel, básicamente porque no tienen más nada qué hacer. La
gente no vale por el color de su piel sino por el color de sus pensamientos y
acciones, allí sí. Algunos son tan blancos que parecen nubes lavadas con ARIEL
y otros con pensamientos tan oscuros que parecen el callejón donde se
despacharon a los padres de Batman.
¿Qué hacer para colorear mejor?
Cada quien tiene un color que le identifica. Yo por
ejemplo me veo mejor con el color Anaranjado ya que combina con mis ojos, mi
sonrisa y mi vigor.
Usted debería de buscar su color y en base a él
combinar las bases, acompañantes y apoyos, además de los sustitutos que también
hagan juego.
Es como hacerse un tatuaje, uno debe saber combinar los
colores para que le den vida al diseño y no sean un piche manchón en tu cuerpo.
Por lo menos si tu piel es oscura ni se te ocurra usar azul como lo hacen los
de piel clara, no se va a notar, parecerá que tienes un lunar. Mejor ponte
amarillo o blanco vial como el que se usa en las carreteras.
Lo importante es que ya dejemos de ver sólo el negro y
el gris y aportemos valores poli cromáticos a la semiótica estructural de
nuestras vidas.
Porque hay muchos que nos quieren opacar…
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